La COVID-19 en bebés y niños

Escrito por el personal de Mayo Clinic

Los niños de todas las edades pueden contagiarse con la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y sufrir sus complicaciones.

Conoce los posibles síntomas de la COVID-19 en los niños y lo que puedes hacer para proteger a tu hijo.

¿Cuál es la probabilidad de que un niño contraiga la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19)?

Los niños representan alrededor del 18 % de todos los casos notificados de COVID-19 en los Estados Unidos desde que comenzó la pandemia.

Aunque los niños tienen la misma probabilidad de contagiarse de COVID-19 que los adultos, tienen menos probabilidades de enfermar gravemente. Hasta el 50 % de los niños y adolescentes pueden tener la COVID-19 sin presentar síntomas. Sin embargo, algunos niños con COVID-19 requieren ingreso hospitalario, ser tratados en la unidad de cuidados intensivos o la conexión a un respirador para ayudarles a respirar.

Ciertas afecciones médicas podrían aumentar el riesgo de un niño de padecer una forma grave de la COVID-19, entre ellas:

  • Obesidad
  • Diabetes
  • Asma
  • Enfermedad cardíaca congénita
  • Afecciones genéticas
  • Trastornos que afecten al sistema nervioso o al metabolismo

Los estudios también recogen índices desproporcionadamente más altos de la COVID-19 entre los niños hispanos y de piel negra no hispanos que en los niños de piel blanca no hispanos.

¿Cómo se ven afectados los bebés por COVID-19?

Los niños menores de 1 año parecen tener un mayor riesgo de enfermarse de gravedad con la COVID-19 que los niños mayores.

Los recién nacidos pueden contagiarse con la COVID-19 durante el trabajo de parto o por exposición a cuidadores enfermos después del parto. Si tienes la COVID-19 o estás esperando los resultados de las pruebas debido a los síntomas que tuviste durante tu estadía en el hospital después del trabajo de parto, usa una mascarilla con buen ajuste y ten las manos limpias cuando cuides a tu recién nacido. Está bien tener la cuna de tu bebé junto a tu cama mientras estés en el hospital, pero mantente a una distancia razonable del bebé cuando sea posible. Cuando se toman estas medidas, el riesgo de que un recién nacido se infecte de la COVID-19 es bajo. Sin embargo, si estás gravemente enferma con la COVID-19, tal vez sea necesario separarte temporalmente de tu recién nacido.

Los bebés que tienen la COVID-19 pero no tienen síntomas pueden recibir el alta del hospital, según las circunstancias. Se recomienda que los cuidadores del bebé se pongan mascarillas y se laven las manos para protegerse. Se necesitarán citas frecuentes de seguimiento durante 14 días con el profesional de atención médica encargado de tratar al bebé. Dichas citas podrán ser telefónicas, virtuales o presenciales. A los bebés con un resultado negativo de la COVID-19 se les puede dar de alta del hospital para que regresen a casa.

¿Cuáles son los síntomas de la COVID-19 en los niños?

Los niños que tienen la COVID-19 pueden tener muchos síntomas, solo unos pocos o ninguno. Los síntomas más frecuentes de la COVID-19 en niños son tos y fiebre. Estos son algunos de los posibles signos y síntomas:

  • Fiebre
  • Tos que comienza a tener flemas
  • Dolor en el pecho
  • Pérdida reciente del sentido del gusto o del olfato
  • Cambios en la piel, como zonas descoloridas en los pies y las manos
  • Dolor de garganta
  • Náuseas, vómitos, dolor de estómago o diarrea
  • Escalofríos
  • Dolores musculares
  • Cansancio extremo
  • Dolor de cabeza intenso reciente
  • Congestión nasal reciente

Los síntomas de la COVID-19 aparecen en promedio 6 días después de una exposición a la COVID-19. Puede ser complicado saber si un niño tiene la COVID-19 u otra enfermedad con síntomas similares, como gripe o fiebre del heno.

Si piensas que tu hijo podría tener la COVID-19, haz lo siguiente:

  • Habla con el profesional de la salud de tu hijo.
  • Mantén a tu hijo en casa y alejado de otras personas, excepto para recibir atención médica. Si es posible, procura que nadie más utilice el dormitorio y el baño que usa tu hijo.
  • Sigue las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y de tu gobierno respecto a las medidas de cuarentena y aislamiento, según sea necesario.
  • Enfócate en el alivio de los síntomas. Algunas medidas para esto son descansar, beber mucho líquido y tomar medicamentos para aliviar el dolor.
  • Llama al profesional de la salud si el niño no mejora. Algunas señales de alerta de emergencia son: dificultad para respirar, dolor o presión persistentes en el pecho, confusión repentina, incapacidad para despertarse o mantenerse despierto, o piel, labios o uñas pálidas, grises o azules, según el tono de piel de tu hijo.

Los factores que se usan para decidir si se debe someter a tu hijo a la prueba para la COVID-19 pueden variar según el lugar en el que vivas. En los Estados Unidos, un profesional de la salud determinará si es necesario hacer una prueba para diagnosticar la COVID-19 dependiendo de los síntomas de tu hijo y de si ha tenido contacto cercano con alguien que haya recibido un diagnóstico de la COVID-19. Un profesional de la salud también puede considerar necesario que se le haga la prueba a tu hijo si este tiene mayor riesgo de presentar un cuadro grave de la enfermedad.

A fin de hacer la prueba de la COVID-19, un profesional de la salud usa un hisopo largo para tomar una muestra nasofaríngea, que es una muestra de la parte posterior de la nariz. Luego, la muestra se envía a un laboratorio para análisis. Si tu hijo tiene tos con flema (esputo), esa muestra también se puede enviar al laboratorio para analizarla.

Cómo ayudar a tu hijo durante la prueba de hisopado nasal de la COVID-19

El propósito de este video es preparar a los niños para la prueba de hisopado nasal de la COVID-19 y aplacar sus posibles miedos y ansiedades. Cuando los niños se preparan para realizarse una prueba médica, se vuelven más colaboradores y obedientes, lo que crea una experiencia de afrontamiento positiva para ellos. Hicimos este video para que lo puedan ver niños de tan solo 4 años en adelante.

Jennifer Rodemeyer, directora del Programa de Vida Infantil, Mayo Clinic: Hola, soy Jennifer y soy especialista en vida infantil de Mayo Clinic. Mi trabajo es ayudar a los niños como tú a prepararse para las pruebas médicas.

Puede que hayas escuchado que hay un virus que hace que la gente se enferme. Un virus es un microbio y es tan pequeño que ni siquiera se puede ver.

Algunas de las personas que contraen este virus pueden tener fiebre o tos y pueden sentirse doloridas y cansadas, mientras que otras pueden tener el virus y no sentirse mal. La gente puede contraer el virus al tocar cosas. Por eso es importante lavarse las manos varias veces con agua y jabón. El virus también se puede transmitir a través de la tos o el estornudo. Por eso es importante que siempre te cubras la boca al toser o estornudar.

Hoy, aunque te sientas bien, tenemos que hacerte una prueba para saber cuál es la mejor manera de continuar con tu atención médica. Esta prueba médica nos dirá si tienes el virus.

Cuando vayas a hacerte la prueba, el proveedor de atención médica usará ropa protectora especial. Los médicos usan esta ropa para protegerse y para protegerte a ti de los microbios. Usarán una mascarilla para cubrirse la nariz y la boca y una pantalla facial de plástico transparente para protegerse los ojos.

Lo más importante que puedes hacer durante la prueba es sentarte y quedarte quieto como una estatua. Para que no te muevas, mamá, papá o tu cuidador te ayudará a quedarte quieto y tranquilo durante la prueba. El proveedor de atención médica tiene que tocar el interior de la parte posterior de la nariz con un hisopo largo y delgado. Para esto, debes levantar el mentón. Luego, el proveedor de atención médica te pondrá el hisopo en la nariz durante unos segundos para obtener una muestra.

Mientras tanto, puede que sientas que quieres sacarte el hisopo, pero es muy importante que te quedes lo más quieto posible para que el proveedor de atención médica pueda terminar la prueba. Te quitarán el hisopo de la nariz en unos segundos.

Algunos niños me dijeron que contar hasta 3 o respirar hondo los ayudó a relajarse antes de la prueba, y otros me dijeron que les sirvió abrazar a su manta o peluche favorito. Tal vez tú tengas tu propia forma de relajarte.

Recuerda que, durante la prueba, lo más importante es permanecer sumamente quieto.

Es posible que sientas muchas cosas al ver al proveedor de atención médica usando ropa diferente, pero debes saber que esta persona quiere cuidarte y ayudarte.

Gracias por ayudarnos a hacer esta prueba para que podamos saber cómo continuar con tu atención médica.

¿Qué es el síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico (MISC-C por sus siglas en inglés)?

El síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico es una afección grave en la que se inflaman mucho algunas partes del cuerpo, por ejemplo, el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos, los riñones, el aparato digestivo, el cerebro, la piel o los ojos. La evidencia indica que muchos de estos niños se habían contagiado antes con el virus de la COVID-19, como lo muestran los resultados positivos de la prueba de anticuerpos, lo que sugiere que el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico es una respuesta inmunitaria excesiva a la COVID-19.

Los posibles signos y síntomas del síndrome inflamatorio multisistémico son los siguientes:

  • Fiebre que dura 24 horas o más
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Dolor de estómago
  • Sarpullido en la piel
  • Latidos rápidos del corazón
  • Respiración rápida
  • Ojos rojos
  • Enrojecimiento o hinchazón de los labios y la lengua
  • Sentirse inusualmente cansado
  • Enrojecimiento o hinchazón en las manos o los pies
  • Dolor de cabeza, mareos o aturdimiento
  • Agrandamiento de los ganglios linfáticos

Los signos que advierten que se trata de una emergencia por el síndrome inflamatorio multisistémico son los siguientes:

  • Incapacidad para despertarse o permanecer despierto
  • Dificultad para respirar
  • Desorientación repentina
  • Piel, labios o lecho de las uñas de color pálido, gris o azulado, según el tono de piel
  • Dolor intenso de estómago

Si tu hijo presenta algún signo que advierte que se trata de una emergencia o está gravemente enfermo y tiene otros signos y síntomas, llévalo al departamento más cercano para emergencias, o bien, llama al 911 o al número local para emergencias. Si tu hijo no está enfermo de gravedad, pero presenta otros signos o síntomas del síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, comunícate de inmediato con el profesional de la salud encargado de la atención de tu hijo para que te asesore.

¿Los niños que contraen COVID-19 pueden tener efectos a largo plazo?

Cualquier persona que haya tenido COVID-19 puede desarrollar una afección médica posterior a la COVID-19. Las investigaciones sugieren que los niños con COVID-19 leve y grave han tenido síntomas a largo plazo. Los síntomas más comunes en niños incluyen los siguientes:

  • Cansancio o fatiga
  • Dolor de cabeza
  • Trastornos del sueño
  • Dificultad para concentrarse
  • Dolor en los músculos y en las articulaciones
  • Tos

Estos síntomas podrían afectar la capacidad de tu hijo para asistir a la escuela o realizar las actividades habituales. Si tu hijo tiene síntomas a largo plazo, considera la posibilidad de hablar con sus maestros acerca de sus necesidades.

Si generalmente los niños no desarrollan una enfermedad grave por la COVID-19, ¿por qué tienen que recibir la vacuna contra dicha enfermedad?

Aunque no es frecuente, algunos niños pueden presentar un cuadro grave de la COVID-19 después de contraer el virus que causa esta enfermedad.

La vacuna contra la COVID-19 y las dosis de refuerzo, actualizadas para la cepa más frecuente del virus que causa la enfermedad, pueden evitar que tu hijo se contagie del virus. También puede prevenir que tu hijo tenga un cuadro grave de la enfermedad o que sea necesario hospitalizarlo debido al virus de la COVID-19.

¿Cuáles vacunas contra la COVID-19 están disponibles para los niños en los Estados Unidos?

En los Estados Unidos, hay vacunas contra la COVID-19 disponibles para los niños según su edad. La cantidad de dosis depende de la vacuna y de los antecedentes de vacunación del niño.

  • Vacuna de Pfizer-BioNTech contra la COVID-19. Los niños de 6 meses a 4 años estarían al día después de la aplicación de tres dosis de la vacuna. Las tres dosis pueden ser una combinación de la vacuna monovalente, que es la original, y la vacuna bivalente o actualizada, que es la disponible actualmente.

    Después de la primera dosis, la segunda se administra de 3 a 8 semanas más tarde. La tercera dosis se administra al menos 8 semanas después de esto.

    Si un niño recibe tres dosis de la vacuna monovalente de Pfizer-BioNTech contra la COVID-19, es elegible para una dosis adicional de la vacuna bivalente al menos ocho semanas después de que se le administró la última dosis monovalente.

    Las personas de 5 años o mayores que no están vacunadas necesitan una dosis para que se considere que están al día. A las personas que ya recibieron una dosis de la vacuna monovalente se les puede administrar una dosis de la bivalente al menos ocho semanas después de la dosis original.

    Para las personas de 5 años o mayores que ya tienen una dosis de la vacuna bivalente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) no han recomendado más dosis.

  • Vacuna de Moderna contra la COVID-19. En el caso de los niños de 6 meses a 5 años, la serie es de dos dosis. Después de la primera dosis, la segunda se administra de 4 a 8 semanas más tarde.

    En cuanto a los niños que tienen de 6 meses a 5 años y que ya recibieron dos dosis de la vacuna monovalente de Moderna contra la COVID-19, se recomienda una dosis adicional de la vacuna bivalente disponible actualmente. Dicha dosis se les puede administrar al menos ocho semanas después de la segunda vacuna monovalente.

    En el caso de las personas de 6 años o mayores, estarán al día al recibir una dosis. Para las personas en este grupo de edad que recibieron una dosis de la vacuna monovalente, se recomienda una dosis adicional de la vacuna bivalente. Esta se les puede administrar al menos ocho semanas después de la primera dosis.

  • Vacuna de Novavax. Para las personas de 12 años o mayores, la serie es de dos dosis de la vacuna. Se recomienda administrar la segunda dosis de 3 a 8 semanas después de la primera. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan que las personas que reciban una serie de la vacuna de Novavax también reciban una dosis de la vacuna bivalente de Moderna o de Pfizer-BioNTech contra la COVID-19 al menos ocho semanas después de la segunda dosis de Novavax.

Un intervalo de ocho semanas entre la primera y la segunda dosis podría ser lo mejor para algunas personas, especialmente para los hombres de 12 a 39 años. Un intervalo más largo podría aumentar la protección contra la COVID-19 y reducir el riesgo de presentar problemas cardíacos poco frecuentes, como miocarditis y pericarditis. Además, si tu hijo o hija tuvo recientemente COVID-19, puedes hablar con un profesional de la salud sobre retrasar la vacunación hasta tres meses.

¿Qué puedo hacer para evitar que mi hijo se contagie con COVID-19?

Puedes tomar muchas medidas para evitar que tu hijo se contagie con el virus de la COVID-19 y lo transmita a otras personas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan lo siguiente:

  • Vacunarse. Las vacunas contra la COVID-19 reducen el riesgo de contagiarte y trasmitir la enfermedad. La vacuna contra la COVID-19 puede administrarse a los niños el mismo día que reciben las demás vacunas, siempre que cumplan con los requisitos de vacunación.
  • Usar mascarillas. Si te encuentras en un área donde hay muchas personas hospitalizadas por la COVID-19, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan usar una mascarilla con buen ajuste en espacios públicos cerrados, independientemente de si estás vacunado o no. No pongas una mascarilla a un niño menor de 2 años o a un niño con una discapacidad que no pueda llevarla de forma segura.
  • Mantener las manos limpias. Anima a tu hijo a lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 20 segundos o a usar un desinfectante de manos a base de alcohol que contenga al menos un 60 % de alcohol. Dile a tu hijo se cubra la boca y la nariz con el codo o con un pañuelo desechable cuando tosa o estornude. Recuérdale que debe evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca. Enseña a tus hijos a seguir lavándose las manos hasta que hayan cantado dos veces la canción entera de feliz cumpleaños (aproximadamente 20 segundos).
  • Limpiar y desinfectar la casa. Limpia con regularidad las superficies y los objetos que se tocan con frecuencia y después de recibir visitas en casa. Limpia frecuentemente las áreas que se ensucian con facilidad, como el cambiador de pañales para el bebé y las superficies y los objetos que tu hijo toca a menudo.

Además, mantente al día con las visitas del niño sano y con las demás vacunas de tu hijo, en especial si es menor de 2 años. Si tu hijo debe ir a una revisión médica y te preocupa su exposición a la COVID-19, habla con su médico sobre las medidas de seguridad que se toman. No dejes que el miedo a contagiarse con COVID-19 sea un obstáculo para que tu hijo reciba las vacunas para prevenir otras enfermedades graves.

Seguir las pautas para protegerse contra el virus de la COVID-19 puede ser difícil para los niños. Sé paciente. Sé un buen ejemplo, y así será más probable que tus hijos imiten lo que haces.

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Nov. 03, 2023 See more In-depth

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